martes, 14 de febrero de 2012

alegato contra la pasividad


El autor de este mensaje es el Dr. Emanuel Tanay, un conocido y muy respetado psiquiatra.
> Un hombre, cuya familia pertenecía a la aristocracia alemana antes de la Segunda Guerra Mundial, fue propietario de una serie de grandes industrias y
> haciendas. Cuando se le preguntó ¿cuántos de los alemanes eran realmente nazis?, la respuesta que dio puede guiar nuestra actitud hacia el fanatismo.
> "Muy pocas personas eran nazis en verdad - dijo, "pero muchos disfrutaban de la devolución del orgullo alemán, y muchos más estaban demasiado ocupados
> para preocuparse. Yo era uno de los que sólo pensaba que los nazis eran un montón de tontos.
>
> Así, la mayoría simplemente se sentó a dejar que todo sucediera. Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los nazis eran dueños de nosotros, se
> había perdido el control y el fin del mundo había llegado.
> Mi familia perdió todo. Terminé en un campo de concentración y los Aliados destruyeron mis fábricas .."
>
> Se nos dice una y otra vez por los "expertos" y "cabezas parlantes" que el Islam es la religión de la paz, y que la gran mayoría de los musulmanes sólo
> quieren vivir en paz. Aunque esta afirmación puede ser calificada de cierta, es totalmente irrelevante y solo tiene la intención de hacernos sentir
> mejor, y significa que de alguna manera se busca disminuir el impacto de los fanáticos que arrasan en todo el mundo en nombre del Islam.
>
> El hecho es que los fanáticos dominan el Islam, en este momento, en la historia. Son los fanáticos los que marchan.
> Se trata de los fanáticos los que producen 50 guerras en todo el mundo.  Se trata de los fanáticos que sistemáticamente masacran cristianos o
> grupos tribales en África y se van adueñando gradualmente de todo el continente en una ola islámica. Estos fanáticos son los que ponen bombas,
> decapitan, asesinan. Son los fanáticos los que toman mezquita tras mezquita.
>
> Se trata de los fanáticos los que celosamente difunden la lapidación y la horca de las víctimas de violación y los homosexuales. Se trata de los
> fanáticos que enseñan a sus jóvenes a matar y a convertirse en terroristas suicidas.
> El hecho cuantificable y duro es que la mayoría pacífica, la "mayoría silenciosa" es intimidada e imperceptible.
>
> La Rusia comunista estaba compuesta de los rusos, que sólo querían vivir en paz, sin embargo, los comunistas rusos fueron responsables por el asesinato
> de cerca de 50 millones de personas.
> La mayoría pacífica era irrelevante.
>
> La enorme población de China era también pacífica, pero los comunistas chinos lograron matar la asombrosa cifra de 70 millones de personas.
> El individuo japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era un belicista sádico.
> Sin embargo, Japón asesinó y masacró, en su camino hacia el sur de Asia Oriental, en una orgía de muerte que incluyó el asesinato sistemático, a 12
> millones de civiles chinos, la mayoría muertos por espada, pala y bayoneta.
> Y, ¿quién puede olvidar Rwanda, que se derrumbó en una carnicería?
> ¿Podría no ser dicho que la mayoría de los ruandeses eran 'amantes de la paz”?
> Las lecciones de la historia son con frecuencia increíblemente simples y contundentes, sin embargo, para todos nuestros poderes de la razón, muchas
> veces perdemos el más básico y sencillo de los puntos:
> Los musulmanes amantes de la paz se han hecho irrelevantes por su silencio.
> Los musulmanes amantes de la paz se convertirán en nuestro enemigo si no se pronuncian, porque al igual que mi amigo de Alemania, se despertarán un día
> y encontrarán que los fanáticos los poseen, y el fin de su mundo habrá comenzado.
> Los alemanes, amantes de la paz , japoneses, chinos, rusos, rwandeses,
> serbios, afganos, iraquíes, palestinos, somalíes, nigerianos, argelinos, y muchos otros han muerto a causa de que la mayoría pacífica no se pronunció
> hasta que fue demasiado tarde.
>
> En cuanto a nosotros, que somos espectadores ante los eventos en desarrollo, debemos prestar atención al único grupo que cuenta: los fanáticos que
> amenazan nuestra forma de vida.
> Por último, cualquiera que dude de que la cuestión es grave, está contribuyendo a la pasividad que permite a los problemas expandirse.
> Por lo tanto, extiéndete un poco a ti mismo y envía esto una y otra vez!
> Esperemos que miles de personas, en todo el mundo, lean y piensen sobre él.
> Antes de que sea demasiado tarde.
>
> Emanuel Tanay, M.D.

Este alegato se escribió antes de que en varios países musulmanes, empezando en Túnez y siguiendo por Egipto, Bahrein, Yemen, Siria, Libia y otros países donde se empieza a sentir el rumor de la libertad, dejaran de ser meros espectadores de las tropelías de sus déspotas gobernantes y estén pasando a reclamar la libertad y la justicia.  No olvidemos, no obstante, que  estos gobernantes y dictadores han estado gozando de la tolerancia y el beneplácito de los países “democráticos”, víctimas a su vez de otro tipo de fanatismo que no solo está empobreciendo a millones de personas, sino que están poniendo en grave peligro a la humanidad entera.

Este fanatismo es la codicia de una especie de élite formada por grandes empresarios, banqueros y políticos o simples mafiosos a los que les importa un rábano el futuro de sus hijos y nietos.

Ahora que se habla tanto del cambio en el modelo productivo y energético, los planes de futuro deben pasar obligatoriamente por una gestión responsable del medio ambiente y un reparto equitativo de la riqueza en el mundo, antes de que esta irresponsable, codiciosa y estúpida minoría que actualmente acapara el poder, deje la Tierra herida y moribunda como herencia para sus propios hijos y todos los demás usuarios por derecho del planeta.

La Tierra entera está en manos de esta gente que ha inculcado en el subconsciente de los humanos que el acumular riquezas o estar por encima de los demás, aunque solo sea tener dos coches estropeados y tu vecino solo uno, es la única manera de ser feliz.  Y esto es así porque a ellos les es rentable arruinar la naturaleza, someter a países, provocar conflictos y cosas por estilo para sentirse seguros en una cómoda lejanía. Yo sustituiría la palabra seguridad por “miedo”, que todos sabemos que es el huevo donde se incuba la violencia en todas sus formas.
Lo más paradójico es que la mayoría de ellos dicen ser creyentes en algún Dios. Pero sus actos están más próximos a todo lo contrario. Confían más en las riquezas y poder terrenal que en su Dios. ¡Menuda fe!
La pasividad de la gente en este caso es seguirles la corriente.
Sube la gasolina y todos a pagar.
Asesinan un río y todos miran a otro lado.
Se cargan un bosque sin replantarlo y la gente compra madera sin certificación de sostenibilidad. Encendemos la luz y no sabemos como se produce ni los recursos que se diezman en ello. Compramos acciones rentables para engordar las cuentas corrientes de esta gente y sigan arrasando todo lo que pillan a su paso.
Nos creemos todo lo que sus medios de comunicación manipulados nos dicen.
Recortan derechos y la gente aplaude si les va mejor a ellos que a sus congéneres venidos de lejos buscando un futuro mejor para sus hijos porque una petrolera arruinó su hábitat. Los gobiernos son auténticos rehenes de los misteriosos mercados que obligan a recortar derechos que tantos esfuerzos y sangre costó conseguirlos. Vivimos en una “dinerocracia”. Hace ya algún tiempo que el pueblo dejó de ser soberano, si es que alguna vez lo fue.

Pero hay una cosa que deberíamos saber y pensar sobre ello: Estos tipos están ahí porque necesariamente cuentan con la complicidad, ignorancia y resignación de la mayoría de seres humanos. Dicho de otra manera, les dejamos hacer.

Propongo que la mayoría de seres humanos, que son los que desean la paz y un mundo limpio, se unan para que a estos sujetos ya no les sea rentable destrozar el planeta.
Torpedear su línea de flotación que son los beneficios que obtienen de ello.
Que las empresas que contaminan y arrasan caigan en picado en los mercados.
¡Hay que hacer que sea rentable cuidar el planeta!
No ser tan rehenes de los bancos comprando a crédito cosas que ni siquiera necesitamos.
No dar pie a los especuladores de precios de alimentos básicos ni del derecho a una vivienda digna. ¿Por qué siguen cobrando intereses abusivos (llámese usura) a los países que ellos mismos han arruinado y no permiten que levanten cabeza?
Animo a los gobiernos que no pongan los servicios básicos en manos de empresas privadas sin escrúpulos que literalmente nos secuestran y nos tiranizan con el único objetivo de obtener beneficios, sin importarles lo que les suceda a sus congéneres.

Ni puto caso a las agencias de calificación manejadas y dictadas por los especuladores, falseando datos y llevando a un país a la quiebra. No se si se dan cuenta que en esos países también viven seres humanos como ellos, con padres, madres e hijos con los mismos derechos universales. Derechos universales por los que en teoría se rige la ONU, ¿Por qué este organismo está en manos de unos pocos países con su derecho a veto? Eso no es democrático.

Que alguien se atreva a poner nombres y caras a estos psicópatas financieros carentes de empatía hacia sus semejantes, para ver si al menos la hipocresía de sus vidas y sus falsas reputaciones les hacen levantar un poco el pie del acelerador.

Agricultores:
No vendan sus productos ni sus tierras a los especuladores. Desháganse de tanto intermediario haragán y así saldrán beneficiados ustedes y los destinatarios de sus productos. Nosotros nos alimentamos de lo que ustedes cultivan. Menos química y manipulaciones genéticas y más responsabilidad. No vaya a ser que estos sujetos nos manipulen también a nosotros “modificándonos” con lo que comemos.

Consumidores:
No compren carne de especies protegidas ni peces inmaduros. Sean responsables con lo que consumen y no veamos toneladas de alimentos en la basura, mientras haya gente que no tiene nada que llevarse a la boca.

No se  crean todo lo que dicen las noticias, generalmente medios de comunicación politizados y manipulados.
No voten a los agitadores políticos que ponen a unos contra otros solo pensando en su beneficio personal de estar en el poder mientras pagan favores a sus financiadores.

No hay que comprar ni una sola arma. ¡Que se arruinen los fabricantes de armas!

Militares y agentes del orden:
No obedezcan a los que ordenan reprimir o matar a sus hermanos. Pónganse al lado del pueblo. Porque ese que os manda reprimir a vuestros paisanos también os eliminara a vosotros si le conviene y siente amenazadas sus cuentas. Recuerden que ustedes pertenecen y son también el pueblo. No dudo del sentido común que ustedes, como humanos, también poseen. Escúchenlo.

Señores dueños de empresas farmacéuticas:
No jueguen con la salud del que no pasa por caja. No investiguen para cronificar enfermedades, sino para curarlas.

Señores científicos:
No pongan su sabiduría y conocimientos al servicio de los fanáticos enfermos de miedo. Dónenlo a sus congéneres.

Eficacia real en la justicia contra los maltratadores, machistas y pederastas. Han de sentirse realmente acorralados.

Hemos de cambiar nuestro sistema de valores y educar a nuestros hijos en la tolerancia y la cooperación. Dos palabras que han sido sustituidas por insensibilidad y competencia.

Necesitamos el sentido común de las mujeres para neutralizar a los poderosos con mente primitiva y sobredosis de testosterona.
No hay que dejar que nadie menosprecie a otro por su condición de género, condición sexual, creencia, raza o posición social.
Estimular a que la gente razone y no se deje manipular por los fanáticos inoculadores del miedo.

Conocernos, independiente de la religión, creencia o signo político, para ver si somos capaces de darnos cuenta de que todos somos iguales y buscamos lo mismo, seguir siendo habitantes de este planeta, que es lo único que tenemos, en paz.

Que los paraísos sean islas o parajes maravillosos y no fiscales.

Pensemos en las generaciones futuras para que nos den las gracias en vez de maldiciones.
Que no sea necesario contabilizar millones de muertos para que vivan bien solo unos cuantos.
Ojalá que los libros de historia del futuro no estén manchados de sangre y vergüenza de la humanidad o quizás ni existan porque algún imbécil cercenó nuestro futuro.

Rafa.

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